La memoria de trabajo se trata de la capacidad de registrar, codificar, mantener y manipular información se encuentra a la base de las llamadas funciones ejecutivas, junto con el control de inhibición. También conocida como memoria operativa, se puede definir como el conjunto de procesos que nos permiten el almacenamiento y manipulación temporal de la información para la realización de tareas cognitivas complejas.
Tanto la memoria de trabajo como el control inhibitorio, son dos componentes que interaccionan entre sí y forman una base para el buen desarrollo del resto de las funciones ejecutivas, como son la flexibilidad cognitiva, la planificación y el razonamiento.
Para evaluar la memoria de trabajo podemos usar las siguientes herramientas:
WISC-V: la escala de inteligencia de Weschler es una de las más conocidas para evaluar las funciones cognitivas, permite obtener una medida total de capacidad (CI) pero también puedes pasar las diferentes subpruebas separadas. Además, esta batería nos permite obtener un índice de memoria de trabajo que está compuesto por las subpruebas de dígitos, span de dibujos y letras y números. Además, la prueba de aritmética nos puede ayudar a evaluar la memoria de trabajo.
WNV: la escala no verbal de aptitudes intelectuales resulta especialmente interesante para evaluar minimizando las demandas de lenguaje. La subprueba memoria espacial evalua la memoria de trabajo visual.
BAS-II: la escala de aptitudes intelectuales también permite obtener una medida total de capacidad, pero al igual que las anteriores, puedes usar las subpruebas por separado. También contiene una prueba de dígitos que mide memoria de trabajo auditiva.