El detective de las emociones – Caso 2

Hoy os traemos un nuevo material para trabajar la teoría de la mente y el concepto de compartir. Se trata de la continuación del primer caso de este material para desarrollar el reconocimiento de las emociones tanto propias como en los demás a través de un recurso interactivo que permitirá a la niña o el niño elegir que haces en cada situación y observar sus consecuencias.

Caso 2: algo pasa en clase

Muchos de los niños/as tienen dificultades para compartir, ya sean objetos personales como juguetes, o incluso personas. Sin embargo, se trata de un concepto fundamental para establecer buenas relaciones sociales, además es imprescindible para adaptarnos al mundo en el que vivimos.

Por eso, esta segunda parte del Detective de las Emociones la hemos centrado en este
concepto, a veces tan difícil de explicar o de entender las consecuencias positivas que puede tener.

Preparación del juego

Es un recurso interactivo, por lo que lo mejor sería utilizarlo en un ordenador o Tablet, pero también se pueden imprimir las hojas e ir seleccionando manualmente el orden.

¿Cómo se juega?

Se puede jugar de manera individual o en grupo, bien en competición o de forma colaborativa. Los niños/as deberán resolver el caso contestando a las preguntas que aparecerán al final. La persona o el equipo que lo resuelva gana.

¿Qué estamos trabajando con este juego?

Sobre todo el concepto de compartir, pero esto va muy ligado al reconocimiento de emociones y la teoría de la mente. Además debemos respetar turnos, y tomar decisiones de forma individual o grupal, teniendo en alguna ocasión que dar nuestra opinión y llegar a acuerdos.

Para descargar el material pulsa en el siguiente enlace:

Si quieres encontrar más materiales para trabajar emociones y teoría de la mente, no dudes en pasarte por nuestra página de recursos de cognición social.

Alcanza la cima del monte Shy

Muchos niños y niñas tienen algunas dificultades para interaccionar con sus iguales o con adultos, evitando dichas situaciones y prefiriendo juegos en solitario o con pocas personas. Una de las mejores formas de fomentar conductas prosociales es, una vez más, a través del juego. En este post os presentamos un juego para poner frente a la timidez. 

Materiales

  • Tablero en forma de montaña
  • Tarjetas de retos
  • Tarjetas de zonas de paso
  • Fichas con los objetos que hay que conseguir

¿Cómo se juega?

Se trata de un juego colaborativo en el que se podrá jugar con un grupo o dos grupos en competición, cada uno de los participantes tendrá su ficha y tendrá que conseguir sus retos, pero también tendrán que hacer retos juntos. También se puede jugar en familia, si el niño o la niña tiene verdaderas dificultades para la interacción social, esta sería la mejor opción, y progresivamente aumentar el grupo o jugar con personas no tan conocidas.

El tablero es una montaña, al principio hay un sendero en el que las cosas que se necesitan son sencillas: una mochila, una cantimplora, un bastón y una brújula. Luego el terreno será más complicado y se necesitará: cuerda, botas con pinchos, ganchos y un piolet. Por último, casi llegando al pico de la montaña, hace más frio está más oscuro y se necesitará: un abrigo, una linterna, un casco y guantes.

Cada zona tiene sus tarjetas numeradas con los distintos retos a superar para conseguir cada uno de los objetos y existen tres zonas de paso (piedras rojas), que también tienen sus tarjetas, si cuando se llegue a una piedra roja no se tienen todos los objetos, habrá que volver atrás y conseguir el reto que faltaba.

Zona verde 

Hay 4 casillas y 4 objetos que conseguir, por lo que cada con cada casilla se conseguirá el objeto. Si no se cumplen los retos de cada casilla se puede avanzar, pero al llegar a la zona de paso (piedra roja) no se podrá cruzar, por lo que hay que retroceder y conseguir los retos que faltan.

  1. Comienza vuestra aventura, y para empezar debes conocer el color favorito de todos los de tu grupo
  2. El camino por ahora es muy sencillo, averiguad quién fue el último de todos en ir de excursión a la montaña
  3. El primer objeto que necesitáis conseguir es una mochila, ¿qué suele llevar el compañero de tu izquierda en la suya?
  4. El camino se está haciendo un poco aburrido, haz reír a tus compañeros, prueba a contar un chiste, una historia graciosa o poner caras

Zona gris

Hay 4 casillas y 4 objetos que conseguir, por lo que cada con cada casilla se conseguirá el objeto. Si no se cumplen los retos de cada casilla se puede avanzar, pero al llegar a la zona de paso no se podrá cruzar, por lo que hay que retroceder y conseguir los retos que faltan.

  1. Hace mucho calor, necesitáis parar y poder beber un poco de agua, pregúntale a tu compañero de la derecha cuál es su bebida favorita
  2. Ni rastro de animales, o esperad ¿Qué es eso? UNA ARAÑA ENORME. Averigua si a alguno de tus compañeros le dan miedo las arañas o algún otro animal
  3. Empezáis a estar cansados, pero hay que continuar. Inventa una frase de ánimo para seguir todos juntos
  4. Hace mucho viento, debéis tener mucho cuidado, ¿cuándo fue la última vez que sentisteis miedo?

Zona blanca

Hay 4 casillas y 4 objetos que conseguir, por lo que cada con cada casilla se conseguirá el objeto. No se puede alcanzar la cima si no se tienen todos.

  1. Queda muy poco para conseguirlo, para que el tiempo pase más rápido tenéis que cantar una canción todos juntos
  2. Ahora que el camino se está acabando dedica unas palabras a tus compañeros de equipo
  3. Todo va muy bien, ¿cuándo fue la última vez que ganasteis en un juego?
  4. El casco es el último objeto, contad vuestra caída más graciosa

Zonas de paso

  1. Estáis a punto de cruzar a la zona rocosa de la montaña, hay que tener mucho cuidado, las piedras podrían caerse ¿Lleváis todo lo necesario: mochila, cantimplora, bastón y brújula? Si no deberéis volver atrás y superar los retos que no hayáis conseguido
  2. Vais a pasar a la zona nevada y más empinada de la montaña, si no tenéis la cuerda, las botas con pinchos, los ganchos y el piolet tendréis que volver para conseguirlos
  3. Ya casi se ve, la cima, estáis solo a un paso de conseguirlo pero necesitáis el abrigo, la linterna, el casco y los guantes. Si lo tenéis todo ENHORABUENA HABÉIS ALCANZADO LA CIMA DEL MONTE SHY

¿Qué procesos cognitivos podemos trabajar en este juego?

  • Habilidades sociales: debemos compartir experiencias y emociones con los compañeros, además de escuchar sus historias y puede que cumplir algunos retos que nos den vergüenza.
  • Atención sostenida: tenemos que estar constantemente atentos al resto de jugadores y a la progresión del juego

Puedes descargarte el material de manera gratuita aquí:

Puedes encontrar más materiales para fomentar diferentes áreas del desarrollo en niñas y niños en nuestra página de recursos o pinchando aquí.

El detective de las emociones

Material para desarrollar el reconocimiento de las emociones tanto propias como en los demás a través de un recurso interactivo que permitirá al niño o niña elegir la conducta más adecuada para cada situación y observar las consecuencias.

Caso 1: el misterio del parque

El reconocimiento de las emociones es un aspecto fundamental para su regulación y para la adaptación a los distintos contextos sociales. Es por lo que aprender a distinguirlas unas de otras y conocer las consecuencias que nuestra conducta tiene sobre los demás son habilidades que trabajar y desarrollar en los niños. 

Por eso, hoy os traemos este recurso interactivo con el que mostrarles a los niños dos emociones básicas; tristeza y enfado, y enseñarles que dejarnos guiar por esas emociones puede tener consecuencias negativas en lo que deseamos. Lo cual no significa que existan emociones positivas o negativas, ni que haya emociones que tengamos que evitar o rechazar, todo lo contrario, las emociones forman parte de nosotros mismos y nos permiten actuar, adaptarnos a nuestro entorno y conocernos. Pero las emociones no deben ser las que dirijan nuestra vida, si no nuestras compañeras de viaje. 

Preparación del juego

Ya que se trata de un recurso interactivo, lo ideal sería disponer de un ordenador o Tablet, pero también se puede imprimir e ir eligiendo hojas según las decisiones de los participantes.

¿Cómo se juega?

Se puede utilizar el recurso de manera individual, en grupo de forma colaborativa o en distintos grupos de forma competitiva. Los niños deberán resolver el caso contestando a las preguntas que aparecerán al final. La persona o el equipo que resuelva el caso sin fallar ninguna pregunta gana.

¿Qué estamos trabajando con este juego?

Principalmente el reconocimiento de emociones y teoría de la mente. Pero también el respetar turnos, el juego colaborativo y la inhibición, al tener que esperar a no decir/clicar la respuesta hasta cuando no hayamos leído o nos hayan contado toda la información.

Para acceder al material completo pincha aquí.

Si quieres encontrar más materiales para trabajar el reconocimiento de emociones accede a nuestra página de recursos.

¿Qué es el trastorno del espectro autista (TEA)?

Es un trastorno del desarrollo neurológico caracterizado por presentar conductas repetitivas e intereses restringidos y dificultades en la comunicación y la interacción social.

La palabra espectro hace referencia a la diversidad de indicadores que presenta, cada persona es un mundo. Por este motivo, la intervención debe ser totalmente individualizada y centrada en las destrezas, intereses y características individuales de cada niño/a. Respetando su singularidad y su identidad.

En los últimos años, gracias a un mejor entendimiento del trastorno, se ha producido un aumento notable en su prevalencia. Aproximadamente, un caso cada cien nacimientos (Confederación Autismo España, 2019).

Una vez conocida la parte teórica, ¿cómo aborda la neuropsicología el TEA? Pues bien, en primer lugar, los objetivos generales de la intervención neuropsicológica serían evaluar y desarrollar las capacidad y habilidades del niño/a, promover su funcionalidad y autonomía, para mejorar su calidad de vida y la de sus familiares y por último, intervenir sobre las dificultades cognitivas, emocionales y conductuales. ¿Qué debemos considerar, además de estos objetivos generales, con estos niños/as? Pues es muy importante que incluyamos objetivos dirigidos a la generalización de los aprendizajes, es decir, que puedan utilizarlos de manera autónoma en contextos naturales y su vida cotidiana, por otro lado, es importante respetar sus propios intereses y facilitar el aprendizaje en base a ellos, porque son sus motivaciones. Y por último, debemos tener en cuenta que las capacidades requieren unas habilidades previas que, a veces, no están desarrolladas, por lo que debemos fomentarlas para facilitar su aprendizaje.

El lenguaje es nuestra forma de comunicación por excelencia. Los niños/as con TEA suelen tener dificultades para la comunicación verbal. Nuestra ayuda, en este sentido, debe ir dirigida a fomentar en ellos el aprendizaje del lenguaje/comunicación. Es importante aprender a adaptarnos a su forma de comunicarse y educar a las personas de su entorno para que tengan paciencia y traten de utilizar formas de comunicación que para ellos/as sean más fáciles de entender ¿y cómo podemos hacer esto? Utilizando formas de comunicación constructivas y empleando ayudas visuales que acompañen al lenguaje verbal.

Otro aspecto en el que los niños/as con TEA suelen tener dificultades es en su vida social. Pero podemos ayudarles a relacionarse. Acompañándoles en sus juegos, a su ritmo, dándoles el tiempo que necesiten para compartir sus intereses con nosotros/as, reforzando sus conductas sociales adaptativas, como dirigirse a alguien para interactuar o atender cuando nos dirigimos a ellos/as, fomentando sus relaciones sociales, enseñándoles a jugar con otros niños y niñas, evitando la sobreprotección (la autonomía es un aspecto fundamental en la búsqueda de la calidad de vida de una persona) y facilitando su participación en actividades como deporte adaptado, salidas de ocio, campamentos, excursiones, etc.

Por otro lado, es frecuente que los niños y niñas con TEA tengan un “procesamiento sensorial atípico”. Sus sensaciones ante estímulos más o menos cotidianos pueden ser diferentes a las nuestras (hipersensibilidad a sonidos, dificultad para aceptar el contacto físico, poca tolerancia ante determinadas texturas, olores o sabores, etc.). Conocer esto, nos permitirá adaptar en la medida de lo posible, el entorno de las actividades, a fin de evitar el malestar.

Existen una serie de habilidades específicas para el cuidado de niños/as con TEA como son las técnicas de modificación de conducta (a las que dedicaremos un post próximamente), utilización de pictogramas, rutinas, horarios y agendas visuales, y Sistemas Alternativos y Aumentativos de Comunicación (SAAC).

¿Cómo podemos ayudar desde casa?

  • Jugando con ellos, a su manera, tratando de entenderles y utilizar eso como punto de partida del aprendizaje.
  • Dejando que se expresen y sientan. Asegurándonos de que comprenden.
  • Respetando su identidad y sus emociones.
  • Fomentando la comunicación, utilizando apoyos visuales.
  • Poniéndonos a su altura, para facilitar que nos presten atención.
  • Estableciendo rutinas, haciéndolos partícipes en las decisiones.
  • Avisando de los cambios y eventos con antelación.
  • Tratando de que su alimentación sea variada.
  • No forzando si no es estrictamente necesario.
  • Acompañándolos en sus juegos, a su ritmo, y tratando de mantener una actitud positiva.

Para saber más:

  • Almeida, Nora & Aguaded, Maria. (2016). El enfoque neuropsicológico del autismo: Retos para comprender, diagnosticar y rehabilitar desde la Atención Temprana. Revista chilena de Neuropsicología. 11. 10.5839/rcnp.2016.11.02.06.
  • Alonso Peña, J.R. (2009). Autismo y Síndrome de Asperger: guía para familiares, amigos y profesionales. Colección Psicología. Ed. Amarú.
  • Guía para padres sobre el Trastorno del Espectro Autista. Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH).
  • Seijas Gómez, Raquel. (2015). Atención, memoria y funciones ejecutivas en los trastornos del espectro autista: ¿cuánto hemos avanzado desde Leo Kanner?. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 35(127), 573-586. https://dx.doi.org/10.4321/S0211-57352015000300009.

La flexibilidad, tu súper poder

Para este juego, primero vas a necesitar recortar todas las tarjetas que tienes ahí abajo.
Después, vas a necesitar dos jugadores, por los menos. Uno será el encargado de ir sacando cartas, y el otro será quien deba decir el color del superhéroe o si lleva capa o no. Pueden participar más jugadores, mientras se mantengan bien los turnos.

Preparación del juego:

Colocar todas las tarjetas en un mazo mirando boca abajo.
Cronómetro para contar 1 minuto.

¿Cómo se juega?

El último que haya visto una peli de superhéroes empieza jugando. Su compañero irá sacando tarjetas del mazo, durante 1 minuto. El jugador deberá ir diciendo el color del superhéroe que aparece en la tarjeta, pero cuando la tarjeta tenga un borde negro deberá decir si el superhéroe lleva capa o no. Siempre lo más rápido que pueda! Cuando acabe el tiempo, contará el número de tarjetas que ha conseguido (ha dicho lo que tenía que decir a la primera) y pasará el turno al jugador que antes estaba sacando las tarjetas.

¿Qué estamos trabajando con este juego?

Por un lado, nuestra capacidad de cambiar de una regla (decir el color) a otra (decir si lleva capa o no), lo que se conoce como flexibilidad cognitiva, además debemos controlar las ganas de decir el color cuando toca decir la capa y viceversa (control inhibitorio), por otro lado debemos mantener la regla de que cuando el filo de la tarjeta sea más grueso toca decir si lleva capa o no (memoria de trabajo) y por supuesto debemos estar muy concentrados.

¿Qué son los procesos cognitivos? Hoy, Atención

Como hablábamos en el post anterior los procesos cognitivos son los aspectos cerebrales que están relacionados con el procesamiento de la información, y nos permiten realizar diferentes tareas. Los más importantes son la atención, la memoria, las funciones ejecutivas, las gnosias, las praxias, las habilidades visoespaciales y el lenguaje. Hoy nos centraremos en la atención.

Atención

Para poder ser conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor, necesitamos de nuestra atención. Es el proceso que nos permite dirigir nuestros recursos cerebrales sobre los aspectos más relevantes del ambiente, o realizar las acciones que consideremos más adaptadas al contexto. Existen seis componentes diferentes:

  • Arousal. Se refiere a nuestro nivel de activación y de alerta, si estamos un poco adormilados o por el contrario, activos.
  • Atención focalizada. Capacidad para atender a algo.
  • Atención sostenida. Capacidad de mantener la atención en una tarea durante un largo periodo de tiempo.
  • Atención selectiva. Capacidad de dirigir la atención y mantenerla en algo sin que otras cosas nos interrumpan.
  • Atención alternante. Capacidad de cambiar nuestra atención de una tarea a otra de manera fluida.
  • Atención dividida. Capacidad para centrarnos en diferentes actividades al mismo tiempo.

Relacionado con el proceso atencional se encuentra la velocidad de procesamiento, es decir, el tiempo que tarda el cerebro en reaccionar y realizar una tarea.

Pero veamos un ejemplo para terminar de entenderlo:

Imagina que hoy vas a un concierto de música clásica, esperemos que lo suficientemente activo para no dormirte durante el mismo (arousal). Te sientas en la butaca y tienes que centrar tu atención al escenario (atención focalizada), donde empiezan a sentarse los músicos y el director de la orquesta ocupa su puesto. El concierto dura dos horas, así que tendrás que permanecer atento todo ese tiempo (atención sostenida). Comienza el concierto, y tú eres capaz de dirigir tu atención a los distintos instrumentos, los movimientos del director, etc. Sin que los movimientos de tu compañero de al lado te molesten (atención selectiva). Después de un rato dos de los músicos se levantan, comienza su solo, uno en cada punta del escenario y tú puedes cambiar de uno a otro para no perderte detalle (atención alternante). Casi cuando el concierto está acabando, tu móvil vibra, así que lo coges y contestas al mensaje sin dejar de prestar atención a la música (atención dividida).

¿Cómo se trabaja la atención?

Tareas de cancelación

En este tipo de tareas el niño/a debe tachar un estímulo de entre otros muchos. ¿Cómo podemos variar la dificultad de la tarea?

  • Cambiando el número de estímulos que debe buscar.
  • Cambiando la distribución de los estímulos en la hoja (ordenados vs desordenados).
  • Añadiendo tiempo límite para hacer la tarea.
  • Utilizar estímulos distractores, que se parezcan al estímulo objetivo, o colocar dibujos sobre la hoja de trabajo, como por ejemplo, líneas.

Tareas de búsqueda de símbolos/dibujos

En este tipo de tareas al niño/a se le presenta una lámina con símbolos o dibujos con números asignados y la misma lámina si los números para que los rellene. ¿Cómo podemos variar la dificultad de la tarea?

  • Haciendo que los símbolos o los dibujos se parezcan mucho entre sí.
  • Añadiendo tiempo límite para hacer la tarea.

Búsqueda de diferencias

Los niños/as deben encontrar las diferencias entre dos imágenes. ¿Cómo podemos variar la dificultad de la tarea?

  • Podemos hacer la tarea más sencilla si añadimos cuadrículas a la imagen (pueden guiar la búsqueda).
  • Le podemos dar instrucciones para ir comparando ambos dibujos ordenadamente (fíjate en la esquina superior derecha)

Para saber más:

  • Fernandez, Alberto. (2014). Neuropsicología de la atención. Conceptos, alteraciones y evaluación. Revista Argentina de Neuropsicología. 25. 1-28.
  • García-Ogueta MI. Mecanismos atencionales y síndromes neuropsicológicos. Rev Neurol 2001;32 (05):463-467
  • Muñoz-Céspedes, J. M. y Tirapu, J. (2001). Rehabilitación neuropsicológica. Madrid: Síntesis.
  • Periáñez, J. A., Ríos-Lago, M., Barcelo, F., Madrid, E., y Ruz, M. (2008). Atención y neuroimagen. En F. Maestu, M. Ríos Lago y R. Cabestrero (Eds.), Neuroimagen: técnicas y procesos cognitivos (pp. 281-316). Barcelona: Elsevier.
  • Quijano, María & Cuervo, Maria. (2008). Las alteraciones de la atención y su rehabilitación en trauma craneoencefálico. Pensamiento Psicológico. 4.
  • Ríos-Lago, M., Periáñez, J. A., y Rodríguez-Sánchez, J. M. (2008). Neuropsicología de la Atención. En J. Turapu Ustárroz, M. Ríos-Lago y F. Maestu Unturbe (Eds.), Manual de neuropsicología. Barcelona: Viguera.

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