En las películas de Buscando a Nemo y Buscando a Dory, se aprecia una gran capacidad por parte de Dory para afrontar las adversidades, mostrándose segura de sí misma, con confianza en lo que hace y, al final, es capaz de conseguir lo que se propone, con su típica frase “sigue nadando, sigue nadando”. Esta capacidad se denomina resiliencia.
¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia es la habilidad de las personas para adaptarse a una situación adversa, sobrevivir a ella y reinterpretar esa situación o experiencia.
Emmy Werner, psicóloga infantil, considera que la resiliencia en el niño tiene tres grandes componentes:
- Variables personales
- Variables de la estructura familiar
- Variables de su entorno extrafamiliar.
Dentro de las variables personales del niño destacan su grado de autonomía, la empatía y la capacidad de solución de problemas.
Neurociencia y resiliencia
La neurociencia considera que las personas más resilientes tienen un mayor equilibrio emocional ante las situaciones de estrés. Esto les permite soportar mejor la presión y experimentar una mayor sensación de control, así como una mayor capacidad para afrontar las situaciones difíciles o adversas.
Dato curioso
Como curiosidad, la palabra resiliencia tiene su origen en la Física, cuyo significado era “soltura de reacción o elasticidad”, refiriéndose a la capacidad del acero para recuperar su forma inicial a pesar de los golpes que pueda recibir y de los esfuerzos que puedan hacerse para deformarlo. Además, la palabra proviene del latín, del verbo “resilio“, que significa “saltar y volver a saltar”.