La adquisición del lenguaje, del mismo modo que la de otras funciones cognitivas, depende por un lado de la maduración cerebral y por el otro de la estimulación ambiental. Pero no sólo eso, el adecuado desarrollo de los sistemas lingüísticos depende de su interacción con otras redes funcionales responsables de habilidades como la memoria, la atención, el procesamiento motor o visoespacial, la discriminación acústica y las habilidades sociales y emocionales.
En el desarrollo del lenguaje existen periodos críticos, aunque no todos los aspectos del lenguaje se adquieren en el mismo momento. Por ejemplo, el periodo crítico para el aprendizaje fonético ocurre en el primer año de vida.
Al nacer, somos capaces de discriminar los contrastes fonéticos de distintos idiomas, aunque preferimos los de nuestro lenguaje nativo (el que hemos oído durante las últimas semanas de gestación). El hecho de exponernos a un contexto lingüístico específico durante nuestro primer año de vida, nos permitirá mejorar esta habilidad y ser capaces de afinar nuestra discriminación fonológica para los idiomas que están presentes en nuestro día a día.
En este periodo de nuestras vidas, conocido como periodo prelingüístico, empezamos a realizar sonidos y gestos, así como a comprender. Los bebés entre los 9 y 10 meses son capaces de reconocer palabras como su nombre y asociar palabras a objetos concretos. En un desarrollo neurotípico, la capacidad de comprensión precede a la producción. Entre los 3 y 12 meses somos capaces de balbucear y repetir sonidos que darán lugar a la articulación de palabras en un futuro. El periodo prelingüístico acaba cuando la niña o el niño es capaz de utilizar palabras para comunicarse (la famosa intención comunicativa), esto suele ocurrir alrededor del primer año de vida, en este momento utiliza nombres de objetos y es capaz de repetir palabras simples.
En los meses posteriores, las niñas/os aprenden una media de 10 palabras por mes hasta alcanzar unas 50. A los 18 meses consiguen aprender alrededor de 30 palabras al mes. Aunque esto suene muy específico y reglado, es importante entender que la capacidad de adquirir e incrementar vocabulario es muy variable y depende de cada niña/o.
Entre los 18 y los 36 meses comienza el aprendizaje sintáctico. La niña/o es capaz de realizar oraciones con dos palabras, de forma progresiva y hasta los 5 años aproximadamente, se van complejizando dichas estructuras gramaticales que evoluciona y está relacionada con la capacidad de incrementar vocabulario.
A partir de los 5 años las niñas y los niños comienzan a experimentar con los usos del lenguaje, adquiriendo las capacidades para seguir una conversación, aclarar malentendidos, opinar, discutir, etc. Y alrededor de los 12 años son capaces de utilizar un discurso sintácticamente complejo, adaptado a los diferentes contextos.
Neurodesarrollo de estructuras
Durante los primeros 18 meses de vida las estructuras cerebrales relacionadas con el lenguaje experimentan una curva de mielinización que crece exponencialmente. En primer lugar, maduran la corteza motora, auditiva y visual (áreas primarias), seguidas de las áreas de Broca y Wernicke y la circunvolución angular (áreas asociativas). El fascículo arqueado madura de forma más lenta y lo hace hasta los 3 años.
Modelo del procesamiento cognitivo del lenguaje
¿Cómo encaja nuestro modelo de cajitas del lenguaje en todo esto? Pues haciendo referencia al gran Aarón del Olmo; “los bebés nacen con ceguera experiencial completa, llegan al mundo y comienzan a establecer relaciones, “se va puliendo Wernicke” (palabra oida–análisis acústico). Entonces, los bebés como pequeños investigadores comienzan a discriminar qué palabras se repiten más. En torno a los 7-8 meses comenzará a emitir sonidos por repetición sin ningún tipo de significado (palabra oída–análisis acústico–conversión acústico-fonológica–fonemas–habla), además esas repeticiones se asociaran a contextos y a reforzamientos positivos, por lo que se les otorgará un significado (palabra oída–análisis acústico–lexema fonológico de entrada–sistema semántico) y ahora pueden acceder ahí para producir palabras (sistema semántico–acceso al léxico–fonemas–habla).
Para saber más:
- Conti-Ramsden, F.;Durkin, K. “Language development and assessment in the preschool period”. Neuropsychology Review. 2012; 22: 384-401
- Portellano, J. A. Neuropsicología infantil. Madrid. Editorial Síntesis; 2007
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Muy interesante, ¡Gracias!