Depresión

La depresión se caracteriza por tener sentimientos de tristeza o vacío, diminución de interés o placer en las actividades. Así mismo la depresión también puede afectar a nivel fisiológicos y cognitivo, es en esto último donde los neuropsicólogos tenemos cabida. 

En el DSM-V se destaca que la capacidad deteriorada para pensar, concentrarse o tomar decisiones es un criterio diagnóstico del DSM-V (APA, 2014) para la depresión mayor.

Es importante no solo intervenir cuando hay un diagnóstico de depresión, sino que después también, ya que algunos estudios han encontrado que los pacientes continúan experimentando deterioro en la cognición cuando la depresión remitía.

El grado de afectación a nivel cognitivo en la depresión puede variar de leve a moderada. Los pacientes que tienen más probabilidades de tener déficits neurocognitivos severos son aquellos con una edad de aparición temprana, episodios repetidos de depresión mayor, mala intervención farmacológica entre otros. 

Los dominios cognitivos más afectados en la fase de remisión serían la atención y funciones ejecutivas (Rock et al., 2014; Hasselbalch et al., 2011). Los pacientes presentarían alteraciones especialmente en la inhibición, flexibilidad mental y en la memoria de trabajo. A nivel atencional en la fase de remisión se han encontrado alteraciones en la capacidad de atención sostenida y también lentitud en la velocidad de procesamiento (Paelecke-Habermann et al., 2005).

A nivel cerebral las regiones cerebrales más afectadas serían La evidencia las regiones prefrontales, cingulada y temporoparietal lateral y medial, junto con las áreas estriatales, están particularmente asociadas con la cognición en el TDM (Diener

et al., 2012).

No hay que olvidar que la depresión no solo puede afectar a nivel cognitivo como hemos visto, sino que el paciente también puede perder funcionalidad a nivel social/familiar e incluso laboral. 

La depresión en los niños varía en función de la edad, sexo, clase social, etnia y otros parámetros. Por debajo de los 12 años la incidencia es baja y es semejante en hombres y mujeres. Esto cambia a partir de la adolescencia, las mujeres superarían a los hombres.  

Los niños pequeños muestran síntomas de carácter exteriorizado y hasta los seis años se manifiesta en protestas, malestar y somatizaciones. 

A partir de los 6 años se añade un incremento de problemas de conducta. 

En la adolescencia los síntomas más comunes son: anhedonia (pérdida de placer en las actividades), problemas en la alimentación, dificultad para tomar decisiones, pensamientos suicidas.

Los desencadenantes de la depresión según la edad son: 

  • En niños de 0 a 6 años: los elementos desencadenadores residen en el seno familiar. La creación de un apego equilibrado durante los tres primeros años de vida es esencial para la constitución de una afectividad sana. El apoyo familiar equilibrado es el mejor de los antidepresivos. 
  • A partir de los 6 años: Al integrarse a la escuela, empezar a tener los primeros amigos surgen los primeros desajustes. Cuando surgen problemas con compañeros puede aparecer el rechazo con ello aumentan las emociones negativas y por ende posibilidad de que la depresión surja. Madres/padres y profesores deben estar atentos a las relaciones entre los niños, si un niño entre 6 y 12 años no tiene amigos, es una señal clara de que algo ocurre. Súper importante en esta etapa evitar las comparaciones con los hermanos/hermanas o con compañeros/as de clase. También exigir por encima de las capacidades del menor ya que esto, puede ser desencadenante de una baja autoestima.  
  • En la adolescencia, la depresión suele surgir por la búsqueda de la aceptación y búsqueda del propio camino. Los desencadenantes son la aceptación del propio cuerpo, interacción con compañeros y desengaños amorosos. 

Bibliografía 

Diener, C., Kuehner, C., Brusniak, W., Ubl, B., Wessa, M., y Flor, H. (2012). A meta-analysis of neurofunctional imaging studies of emotion and cognition in major depression. Neuroimage, 61, 677-685.

González, R. y Montoya-Castilla, I. (2015). Psicología Clínica infanto-juvenil. Madrid: Pirámide. 

Hasselbalch, B. J., Knorr, U., y Kessing, L. V. (2011). Cognitive impairment in the remitted state of unipolar depressive disorder: a systematic review. Journal of Affective Disorders, 134(1-3), 20-31.

Paelecke-Habermann, Y., Pohl, J., y Leplow, B. (2005). Attention and executive functions in remitted major depression patients. Journal of Affective Disorders, 89(1-3), 125-135.

Rock, P. L., Roiser, J. P., Riedel, W. J., y Blackwell, A. D. (2014). Cognitive impairment in depression: a systematic review and meta-analysis. Psychological Medicine, 44(10), 2029.

Rock, P. L., Roiser, J. P., Riedel, W. J., y Blackwell, A. D. (2014). Cognitive impairment in depression: a systematic review and meta-analysis. Psychological Medicine, 44(10), 2029-2040.

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