¿Qué son los procesos cognitivos? Hoy, funciones ejecutivas

Como os contábamos en uno de nuestros primeros post los procesos cognitivos son los aspectos cerebrales que están relacionados con el procesamiento de la información, y nos permiten realizar diferentes tareas. En el post antiguo os hablábamos de la atención, ese proceso que nos permite ser conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor e interaccionar con el contexto, pero hoy vamos a hablar del jefe de la oficina, del proceso cognitivo que nos hace ser seres humanos y como no, el más complicado.

Para empezar a hablar de las funciones cognitivas, la función cognitiva, los procesos ejecutivos, el sistema ejecutivo, y un largo etcétera no queda otra que empezar por ahí, por las discrepancias que engloba este proceso para todo lo que significa, incluso para sus componentes. Es por eso que el término “funciones ejecutivas” se considera ambiguo y difícil de definir. Por lo que vamos a dejar atrás esa definición, que sigue siendo superficial y bastante abstracta, para centrarnos en los procesos o componentes ejecutivos. 

Pero aparece otro problema, ¿cuáles son esos componentes? Segundo problema ejecutivo, ¿las funciones ejecutivas son un constructo único? ¿o están formadas por distintos componentes? Para la primera pregunta existen unas 12 teorías bien consolidadas, y para la segunda unas seis. Sin embargo, nuestro famoso y querido Phineas Gage (paciente referente en la neuropsicología junto a HM, os animo a que conozcáis sus historias) tuvo, una vez más, un papel relevante en que la balanza ejecutiva se posicionara a favor de diferentes componentes en lugar de un único constructo.

Es por ello, por lo que mayoritariamente (sin significar esto que sea la aproximación más acertada), se habla del sistema ejecutivo dual. Un sistema que parece sacado de la dicotomía cerebro/corazón, es decir razón/emoción, dando lugar a lo que conocemos como funciones ejecutivas “frías”, que supuestamente permiten un tratamiento más racional de la información, y funciones ejecutivas “cálidas” que implican información emocional. Pero como todos sabemos no hay corazón sin cerebro y viceversa y lo mismo pasa con estos sistemas, la interacción de ambos es imprescindible y trabajan de forma complementaria.

¿Cuáles son los componentes ejecutivos “fríos”?

Se habla de tres componentes centrales: la memoria de trabajo, el control inhibitorio y la flexibilidad cognitiva. 

  • Memoria de trabajo: se trata de la capacidad de mantener información y trabajar con ella. Por ejemplo, cuando sumamos “de cabeza”.
  • Control inhibitorio: relacionado con la capacidad de inhibir respuestas automatizadas. Como cuando jugamos a un juego en el que no podemos responder ni si ni no. 
  • Flexibilidad cognitiva: ser conscientes de los cambios que ocurren en el contexto, sin atender a normas estrictas. Es decir, dejar de apretar los botones del mando a distancia cuando lo que ocurre es que se ha quedado sin pilas. 

Esos serían los tres centrales, pero también se habla de otro tres: ejecución dual, planificación y branching o multitarea.

  • Ejecución dual: que sería la capacidad de llevar a cabo dos actividades de forma simultánea (no hablar por teléfono y andar en círculos no cuenta) pero sí hablar por teléfono mientras trabajamos con el ordenador.
  • Planificación: la capacidad para prever o anticipar el resultado de una respuesta, pero también el ser capaces de identificar y organizar los pasos necesarios para alcanzar una meta (de nuestro interés). Desde organizar unas vacaciones hasta dar con la ruta más rápida para llegar al trabajo. 
  • Branching o multitarea: hablamos de la capacidad de organizar y realizar tareas de forma exitosa, simultáneamente pero intercaladas entre sí. Haríamos una tarea principal que interrumpiríamos para hacer otra. Por ejemplo, leer un libro y estar pendientes de que no se queme lo que tenemos en el fuego. 

¿Cuáles son los componentes ejecutivos “cálidos”?

  • Teoría de la mente: es decir pensar lo que otra persona puede estar pensado, pensaría o haría ante una situación concreta. El saber que tu madre te va a echar la bronca del siglo si no llegas a la hora acordada. 
  • Cognición social: se trata de un término para definir los procesos cognitivos que surgen en contextos sociales donde tenemos que tomar decisiones personales. Saber que no podemos cantar como si nos fuera la vida en ello en el autobús pero sí en un concierto.
  • Empatía: ponernos en el lugar de otra persona, experimentando sus sentimientos, pensamientos y experiencias sin que nos lo hayan dicho de manera explícita. Como cuando sabemos que alguien ha tenido un mal día por la cara con la que llega a casa. 

Bases neuroanatómicas de las funciones ejecutivas 

Detrás de todo esto se encuentra, principalmente, el córtex prefrontal, que recibe y envía información de casi todos los sistemas sensoriales, motores, subcorticales y cerebelosos. Actualmente se reconocen cinco circuitos fronto-subcorticales: motor, oculomotor, dorsolateral, orbitofrontal y cingulado anterior. 

Para saber más: 

Tirapu-Ustárroz J, Muñoz-Céspedes JM, Pelegrín-Valero C. Funciones ejecutivas: necesidad de una integración conceptual. Rev Neurol 2002;34 (07):673-685

Lopera, F. (2008). Funciones Ejecutivas: Aspectos Clínicos. Revista de Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, 8 (1), 59-76.

Musso, M.F. (2009). Funciones ejecutivas y control ejecutivo: una revisión bibliográfica mirando la arquitectura de la mente. Revista de Psicología, 5 (9), 106-123.

Tirapu-Ustárroz J., García-Molina A., Ríos-Lago M., y ArdilaArdila A. (2012). Neuropsicología de la corteza prefrontal y las funciones ejecutivas. Barcelona: Viguera.

Verdejo, A. y Bechara, A. (2010). Neuropsicología de las funciones ejecutivas. Psicothema, 22 (2), 227-235

Videojuegos ¿ayudan al desarrollo cerebral?

¿Desarrollamos alguna habilidad cognitiva mientras jugamos a videojuegos por diversión?

Tanto niños y adolescentes como adultos juegan a videojuegos en su día a día. Es algo muy extendido en la actualidad, pero todo padre y madre se ha preguntado en más de una ocasión el “¿pero tanto jueguecito servirá para algo?” Los titulares sensacionalistas de los medios de comunicación no ayudan, ya que leemos afirmaciones tales como “los videojuegos te secan el cerebro” o “los videojuegos te hacen mucho más inteligente”.  

En primer lugar, debe entenderse que no existe un constructo de “videojuegos”, ya que existen cientos de miles de videojuegos, cada uno de ellos con una dinámica de juego diferente, que requerirá del jugador unas habilidades tanto a nivel motor como cognitivo diferentes.

Podemos hallar una extensa bibliografía científica acerca de los efectos que tienen los videojuegos a nivel cerebral. Si dejamos de lado las grandes deficiencias a nivel metodológico de muchos de estos estudios, podemos encontrar datos interesantes. Hay que tener en cuenta que la mayoría de estos estudios habla de jugar a videojuegos fuera del contexto de entrenamiento cognitivo, simplemente por diversión.

En la literatura existente, encontramos que los videojuegos de acción, los más estudiados y sobre los que hay más información, como el Call of Duty o Portal 2, pueden desarrollar en los jugadores una serie de habilidades.

Beneficios de jugar a videojuegos

–          Atención selectiva: en los juegos de este tipo hay muchos estímulos que aparecen al mismo tiempo, y debemos ser capaces de atender únicamente a los estímulos importantes, ya que si no nos disparará una persona que habíamos confundido con un árbol.

–          Habilidades viso-perceptivas: esta es la habilidad en la que la mayoría de los estudios coinciden como una de las que más se trabajan a través de los videojuegos. Muy relacionado con la atención selectiva, se mejora la capacidad de diferenciar un objeto en un fondo confuso.

–          Habilidades viso-espaciales: en muchos de estos juegos tendremos que tener en cuenta un mapa, que o no está en todo momento presente o que sus dimensiones son pequeñas. El jugador ha de ser capaz de situar su personaje en ese espacio y ser capaz de moverse por él sin perderse, no vaya a ser que acabes en territorio enemigo sin darte cuenta.

–          Velocidad en la toma de decisiones: no confundamos este término con impulsividad, se trata de la habilidad de sopesar la información de forma global de una manera eficiente, es decir, rápida y en general acertada. Los jugadores suelen tardar segundos en tomar la decisión de esconderse detrás de una pared y preparar el arma nada más escuchar un disparo, además, estarán pensando en el plan a llevar a cabo a partir de ese momento.

–          Flexibilidad: es decir, la habilidad de cambiar rápidamente de un objetivo a otro, los videojuegos en este aspecto son muy exigentes, y has de atacar y defender, buscar más munición y estar atento a tu alrededor. Esto lo hacemos cambiando de una tarea a otra muy rápidamente.

–          Perseverancia: en el lado positivo de esta habilidad, se ha visto que los jugadores, aunque fallen siguen intentando superar el nivel, superándose a sí mismos para lograr un objetivo. Esto se debe en gran medida al alto nivel de motivación que producen los videojuegos.

Algunos de los aspectos que desde los estudios son vistos como positivos, son los responsables a su vez de los “peligros” de los videojuegos. Estos peligros dependen en gran medida de las características de la persona y del propio juego. Aunque los estudios sobre estos peligros no nos dan información para hacernos pensar que los videojuegos pueden ser peligrosos por sí mismos, es importante regular el uso de estos, para que los niños y adolescentes tengan menos posibilidades de mostrar conductas adictivas hacia los videojuegos.

Este post va dirigido principalmente a los videojuegos en nuestro día a día y como forma de entretenernos, pero ¿os gustaría conocer las posibilidades de los videojuegos en el contexto de la terapia neuropsicológica?

Que la NeuroPlasticidad os acompañe

Bibliografía:

Bavelier, D., Green, C. S., Han, D. H., Renshaw, P. F., Merzenich, M. M., & Gentile, D. A. (2011). Brains on video games. Nature reviews neuroscience, 12(12), 763-768. (En este artículo científico podréis encontrar las opiniones de diferentes profesionales acerca de los beneficios, posibilidades y peligros de los videojuegos)

¿Qué es el trastorno específico del lenguaje o TEL?

Se trata de una dificultad con el lenguaje que no está causada por ningún déficit evidente a nivel neurológico, sensorial, intelectual o emocional, y que puede afectar al desarrollo del vocabulario, la gramática y las habilidades conversacionales. Afecta principalmente a la adquisición y desarrollo del lenguaje oral y se puede caracterizar por los siguientes atributos: 

  • Específico: no hay evidencia de un déficit intelectual, trastorno emocional, lesión neurológica, déficit sensorial o problema motor que pueda explicar las dificultades del lenguaje de las personas afectadas.
  • Grave: no es un simple retraso en la adquisición del lenguaje. Una vez adquirido, su desarrollo sigue un patrón distinto de lo habitual, lo que complica su pronóstico y tratamiento.
  • Persistente: es un trastorno duradero que puede dejar secuelas significativas en la edad adulta.
  • Heterogéneo: las características pueden variar mucho de un niño a otro.
  • Dinámico: teniendo en cuenta que nos encontramos ante un cerebro en desarrollo, las dificultades y habilidades evolucionan con el tiempo. 
  • Complejo: el principal problema está en el lenguaje oral, pero otros procesos cognitivos también se ven afectados. 
  • Frecuente: los datos de prevalencia para el TEL oscilan entre el 2% y el 7% de la población escolar. 
  • De evolución lenta: requiere de tiempo y trabajo.
  • Genético: se trata de un trastorno del neurodesarrollo con implicación genética. 

Las diversas explicaciones del trastorno han dado lugar a diferentes clasificaciones, todas a partir de los trabajos de Rapin y Allen (1987). Por lo que la clasificación más ampliamente aceptada sería la siguiente: 

¿Cuáles son las características del lenguaje en los TEL?

Algo muy particular en los niños con TEL son las dificultades que tienen que ver con su sistema lingüístico. Cosa que queda reflejada sobre todo en la escuela. Por ejemplo, a nivel atencional son muy buenos, hasta que se trata de información verbal, entonces es cuando aparecen los problemas, por lo que es muy difícil que puedan seguir la lectura de un cuento. 

Además, los niños con TEL pueden cometer errores fonológicos, es como si no fuesen capaces de aprender las reglas que permiten la combinación de sonidos, lo que hace que comentan numerosos errores de omisión de sílabas (fante por elefante) o sustituciones de un sonido por otro (parco por barco). Y en ocasiones, dificultades articulatorias. 

Pero los problemas más graves y frecuentes tienen que ver con la morfosintaxis, es muy habitual que a este tipo de niños les cueste organizar y producir estructuras gramaticales, presentando abandonos de frases, pausas o rodeos, omisión de palabras y falsos comienzos. A esto se puede añadir problemas en la comprensión, que dificultarían aún más su discurso. 

También suelen tener dificultades léxico-semánticas. El retraso del habla y el pobre vocabulario pueden constituir los primeros indicios de un posible TEL. También suelen aparecer dificultades para conocer el significado de las palabras o para acceder a algunas de ellas o sus relacionadas. 

En algunas ocasiones, aparecen problemas con la pragmática del lenguaje, es decir adaptar su discurso al contexto, teniendo en cuenta las diferentes normas sociales. Estas características junto con el retraso del habla, y algunas particularidades dificultan el diagnóstico diferencial con el Trastorno del Espectro del Autismo (TEA).

¿Cuáles son sus características neurocognitivas?

Las afectaciones cognitivas que caracterizan a los TEL, por su carácter de especificidad, están en constante revisión. Buiza-Navarrete (2007) señala problemas en:

  • Velocidad de procesamiento: los niños con TEL muestran un mayor tiempo de reacción ante determinadas tareas, ya sean con información verbal o no verbal. 
  • Atención: sobre todo problemas de atención sostenida.
  • Procesamiento perceptivo: tienen dificultades para diferenciar sonidos de corta duración o presentados en una secuencia muy rápida.
  • Memoria: a corto y a largo plazo, sobre todo de información verbal y visoespacial. 
  • Funciones ejecutivas: el funcionamiento ejecutivo ha sido ampliamente investigado en TEL y se ha llegado a la conclusión de que sus principales dificultades están asociadas con fluidez verbal y no verbal, inhibición, planificación, categorización y memoria de trabajo. 

Intervención y tratamiento

Conociendo todas las dificultades asociadas al TEL, y siempre teniendo en cuenta la problemática particular de cada niño, la intervención deber ir dirigida a las particularidades comentadas anteriormente. 

Si tienes dudas sobre si tu hija o hijo podría tener un trastorno del lenguaje o si recientemente ha recibido el diagnóstico y necesitas orientación, no dudes en escribirnos.

Para saber más:

Buiza-Navarrete, J.; Adrián-Torres J.; González-Sánchez, M. “Marcadores cognitivos en el trastorno específico del lenguaje”. Revista de Neurología. 2007; 40: 326-33.

Enseñat, A., Roig, T., & García, A. (2015). Neuropsicología pediátrica (3.a ed.). Síntesis.

Guía TEL. Asociación ATELGA (TEL GALICIA). https://www.dropbox.com/s/o5s7t0aksl3dj2z/Gu%C3%ADa%20TEL%20castellano%20WEB.pdf?dl=0

¿Qué es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)?

Se trata de uno de los trastornos más prevalentes en la infancia y, por ello, de los más estudiados en los últimos años. A pesar de eso, todavía existen muchas dudas en cuanto a su definición, causas y tratamiento.

Definición

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo, caracterizado por falta de atención, hiperactividad y/o impulsividad. No se sabe con certeza las causas, aunque existe una tendencia familiar, lo que indica que puede haber factores genéticos, también está influido por factores ambientales. Este trastorno no implica por sí mismo ningún nivel de discapacidad pero que puede llegar a afectar de forma grave en el funcionamiento de la persona en el ámbito escolar, laboral, familiar, en las interacciones sociales en general y en su propio desarrollo.

El TDAH se expresa y diagnostica en la infancia por niveles inadecuados de conductas de inatención, impulsividad y sobreactividad motora, pero se considera que en la base del trastorno está una dificultad generalizada de autorregulación motivacional y emocional, y una disfunción en los procesos de funcionamiento ejecutivo. Aunque se trata de un trastorno crónico, a lo largo del desarrollo del niño, sus síntomas pueden cambiar o disminuir. Para más información concreta sobre los síntomas. Para más información consulta los criterios diagnósticos del TDAH.

Evaluación y diagnóstico

El diagnóstico de TDAH es fundamentalmente clínico, lo que quiere decir que el diagnóstico se basa en entrevistas y escalas aplicadas a padres y profesores. Sin embargo, cada vez son más los profesionales que defienden la necesidad de establecer el diagnóstico en base a una doble vía: conductual y neuropsicológica. La conductual se basaría en la presencia de síntomas recogidos en los manuales de criterios diagnósticos (DSM-V o CIE-10 son los más utilizados en la actualidad). Mientras que la neuropsicológica busca objetivizar al máximo el diagnóstico midiendo, a través de baterías y tests, diferentes aspectos cognitivos de la persona.

Intervención

Existe una creencia generalizada que el tratamiento de primera
elección para el TDAH siempre son los psicofármacos y, posteriormente, los tratamientos conductuales o psicológicos en general son secundarios. Nada más lejos de la realidad. Los organismos de salud internacionales dejan claro que cuando los síntomas pueden abordarse con intervenciones conductuales, no se debe ofrecer medicamentos. La decisión de comenzar un tratamiento de psicofármacos siempre debe ser pautada y vigilada por un médico psiquiatra o neurólogo especializado en población infantil. Además, numerosos estudios demuestran que aparecen mejores resultados cuando esta medicación está acompañada por un tratamiento conductual. Los tratamientos conductuales, por lo tanto, son cruciales en la mejora de los síntomas y de la calidad de vida de los pacientes con TDAH y suelen estar orientados no solo al trabajo con el propio niño, sino al trabajo con su entorno (familia, escuela y otros contextos en la vida del niño o niña).

Si tienes dudas sobre la eficacia de diferentes terapias orientadas a mejorar los síntomas de inatención e hiperactividad o impulsividad, es muy importante que consultes guías oficiales sobre las intervenciones terapéuticas en el TDAH.

¿Cómo podemos ayudar a un niño o niña con TDAH?

  • Mejora tu conocimiento sobre el trastorno. Busca información, conocer mejor las dificultades de tu hijo/a ayudará a hacernos comprender que no son niños maleducados, desobedientes o vagos.
  • Educa en positivo. Aumentar el uso de técnicas como el refuerzo positivo frente a otras como los castigos no sólo resulta más efectivo, sino que mejorará la relacion con tu hijo/a.
  • Estructura el ambiente. Hábitos, rutinas, organización, planificación, horarios, órdenes, normas… ayudarán a la niña o niño a ordenar su propia conducta.
  • Externalización de la información. carteles, fotos, dibujos, relojes, contadores, señales acústicas… ayudarán a recordar mejor las normas.
  • Internalización de los procesos: algunas técnicas como las autoinstrucciones, ayudarán a guiar la conducta de los niños y niñas.
  • Mantén una relación estrecha con el colegio. El colegio es el lugar donde los niños pasan la mayor parte del día y, para niños con TDAH, el lugar donde es más probable que aparezcan dificultades. Que los profesores conozcan las peculiaridades de los niños y niñas y que los apoyos que reciben en el cole continúen desde casa es fundamental para los pacientes con TDAH.

Si tienes dudas sobre si tu hija o hijo podría tener TDAH o si recientemente has recibido el diagnóstico y necesitas orientación, no dudes en escribirnos.

Manualidades como herramienta de estimulación

Si a tu hijo o hija le encantan las manualidades, ¡estás de suerte! Porque este tipo de actividades también le ayudarán a desarrollar todo su potencial. ¿Quieres saber cómo?

¿Para que sirven las manualidades?

  • Fomentan la creatividad: las manualidades son una forma extraordinaria de desarrollar la expresión artística ya que permiten a los más pequeños comunicar sus sentimientos y pensamientos a través del arte. La creatividad es una aptitud del ser humano que algunos autores han relacionado con la inteligencia. 
  • Mejoran el desarrollo de procesos cognitivos: unos de los procesos que se trabajan de forma más general cuando realizamos manualidades son la concentración y la planificación. Aunque podemos introducir una mayor carga cognitiva pidiéndole que recuerde los pasos o los materiales, de esta forma trabajaremos también la memoria.
  • Favorecen la comprensión y seguimiento de instrucciones: podemos utilizar las manualidades para mejorar la comprensión y el seguimiento de instrucciones, de forma oral o escrita, dependiendo de lo que queramos trabajar y también nos podemos apoyar con imágenes o pictogramas.  
  • Potencian el desarrollo de la motricidad: el carácter manipulativo de esta actividad hace que sea excelente para trabajar diversos aspectos motores. Cualquier manualidad se puede adaptar a la edad y la capacidad del niño o niña.  
  • Mejorar las habilidades sociales: si además usamos las manualidades como actividad grupal, es una excelente tarea cooperativa que puede mejorar las relaciones entre un grupo. 

Para saber más: 

Ferrando, M., Prieto, M. D., Ferrándiz García, C., & Sánchez, C. (2005). Intelligence and creativity.

Sternberg, R. J. (Ed.). (1999). Handbook of creativity. Cambridge University Press.
Ramírez, I. C. (2008). Desarrollo de la creatividad en Educación Infantil. Creatividad y sociedad, 20.

Cocina como herramienta de estimulación

Cocinar con niños es una excelente forma de fomentar su desarrollo y trabajar algunas funciones cognitivas como la atención o el funcionamiento ejecutivo, entre otros.

Cocinar con los peques de la casa puede resultar una actividad muy agradable tanto para padres como para niños. Pero más allá, también es una excelente forma de desarrollar ciertas habilidades en los más pequeños. 

Planificación

Cocinar una receta requiere mucha planificación:  hay que pensar los ingredientes necesarios, los pasos que se han de seguir, el orden de los mismos, los materiales que necesitamos etc.

Atención

Cocinar requiere un nivel de atención y concentración altos. Es una actividad larga que requiere mantener la atención durante periodos prolongados de tiempo (atención sostenida), intentar no distraernos con otros estímulos (atención selectiva) y en ocasiones hay que estar pendientes de varias cosas a la vez (atención dividida). 

Conceptos numéricos

Cuando cocinamos trabajamos con cantidades y medidas lo que es una excelente manera de poner en práctica los conceptos numéricos que los niños aprenden en el cole. 

Memoria

Podemos darle un punto más de dificultad a la cocina y pedirle al niño que se aprenda los ingredientes y vaya a buscarlo que necesite sin mirar en la receta.

Memoria de trabajo

Seguir pasos o instrucciones para realizar una tarea requiere que nuestro cerebro este constantemente manteniendo información en la cabeza y jugando con ella. 

Para sacar el mayor partido a la actividad, vamos a jugar con la forma de dar las instrucciones, siempre intentando adaptar estas guías a su edad:

  • Si queremos trabajar el seguimiento de instrucciones, podemos imprimir las imágenes para que aprenda a seguir una secuencia de pasos de forma independiente.
  • Si queremos trabajar la comprensión de instrucciones escritas, daremos los pasos de forma escrita para leerlos juntos. 
  • Si queremos trabajar la planificación, podemos imprimir las fotos de los pasos de la receta para que el niño tenga que ordenarlos según por pasos.
  • Si queremos trabajar la memoria, podemos enseñarle al niño los ingredientes durante un determinado periodo de tiempo y que, tras memorizarlo, tenga que ir a buscar todos de memoria.

Si quieres más ideas para fomentar el desarrollo de niños y niñas echa un ojo a nuestro apartado de recursos

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