Neuropsicología pediátrica

Antonia Enseñat Cantallops, Teresa Roig Rovira, Alberto García Molina

Por segunda vez, os traemos esta nueva sección de libros, hoy un libro básico para todos aquellos profesionales y futuros profesionales que quieran dedicarse a la neuropsicología pediátrica o mejor dicho, a la población pediátrica en general. Neuropsicología pediátrica no solo nos habla de la valoración neuropsicológica en niños y adolescentes, si no también del desarrollo neurológico, los posibles trastornos y su tratamiento. 

Público: estudiantes y profesionales 

Se trata de un libro preciso y fácil de leer que describe el desarrollo del sistema nervioso central y las funciones cognitivas, así como la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento de los principales trastornos del neurodesarrollo (prematuridad, daño cerebral adquirido, trastornos del aprendizaje, trastornos en la adquisición del lenguaje, trastorno de déficit de atención e hiperactividad, discapacidad intelectual, trastornos del espectro del autismo y trastornos del comportamiento). Además dedica un capítulo muy interesante a la neuropsicología escolar. 

¿Por qué lo recomendamos?

Hemos escogido este libro ya que explica de manera sencilla y concreta cada uno de los temas que hemos mencionado antes, además tiene una disposición excepcional, dedicando un capítulo a cada tema, lo que lo convierte en un recurso al que acudir en momentos concretos, recabando información muy útil no sólo del trastorno si no de aspectos prácticos claves para su tratamiento y evaluación. 

Pero no sólo eso, cada uno de los capítulos que se dedican a los trastornos presenta un caso práctico con extractos de respuestas de los niños/as, perfiles de puntuaciones y fallos más comunes. Por lo que desde el primer momento, no vais a poder evitar llenarlo de anotaciones, colores y marcadores (no tenéis más que ver el mío).

Que la NeuroPlasticidad os acompañe.

¿Qué es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)?

Se trata de uno de los trastornos más prevalentes en la infancia y, por ello, de los más estudiados en los últimos años. A pesar de eso, todavía existen muchas dudas en cuanto a su definición, causas y tratamiento.

Definición

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo, caracterizado por falta de atención, hiperactividad y/o impulsividad. No se sabe con certeza las causas, aunque existe una tendencia familiar, lo que indica que puede haber factores genéticos, también está influido por factores ambientales. Este trastorno no implica por sí mismo ningún nivel de discapacidad pero que puede llegar a afectar de forma grave en el funcionamiento de la persona en el ámbito escolar, laboral, familiar, en las interacciones sociales en general y en su propio desarrollo.

El TDAH se expresa y diagnostica en la infancia por niveles inadecuados de conductas de inatención, impulsividad y sobreactividad motora, pero se considera que en la base del trastorno está una dificultad generalizada de autorregulación motivacional y emocional, y una disfunción en los procesos de funcionamiento ejecutivo. Aunque se trata de un trastorno crónico, a lo largo del desarrollo del niño, sus síntomas pueden cambiar o disminuir. Para más información concreta sobre los síntomas. Para más información consulta los criterios diagnósticos del TDAH.

Evaluación y diagnóstico

El diagnóstico de TDAH es fundamentalmente clínico, lo que quiere decir que el diagnóstico se basa en entrevistas y escalas aplicadas a padres y profesores. Sin embargo, cada vez son más los profesionales que defienden la necesidad de establecer el diagnóstico en base a una doble vía: conductual y neuropsicológica. La conductual se basaría en la presencia de síntomas recogidos en los manuales de criterios diagnósticos (DSM-V o CIE-10 son los más utilizados en la actualidad). Mientras que la neuropsicológica busca objetivizar al máximo el diagnóstico midiendo, a través de baterías y tests, diferentes aspectos cognitivos de la persona.

Intervención

Existe una creencia generalizada que el tratamiento de primera
elección para el TDAH siempre son los psicofármacos y, posteriormente, los tratamientos conductuales o psicológicos en general son secundarios. Nada más lejos de la realidad. Los organismos de salud internacionales dejan claro que cuando los síntomas pueden abordarse con intervenciones conductuales, no se debe ofrecer medicamentos. La decisión de comenzar un tratamiento de psicofármacos siempre debe ser pautada y vigilada por un médico psiquiatra o neurólogo especializado en población infantil. Además, numerosos estudios demuestran que aparecen mejores resultados cuando esta medicación está acompañada por un tratamiento conductual. Los tratamientos conductuales, por lo tanto, son cruciales en la mejora de los síntomas y de la calidad de vida de los pacientes con TDAH y suelen estar orientados no solo al trabajo con el propio niño, sino al trabajo con su entorno (familia, escuela y otros contextos en la vida del niño o niña).

Si tienes dudas sobre la eficacia de diferentes terapias orientadas a mejorar los síntomas de inatención e hiperactividad o impulsividad, es muy importante que consultes guías oficiales sobre las intervenciones terapéuticas en el TDAH.

¿Cómo podemos ayudar a un niño o niña con TDAH?

  • Mejora tu conocimiento sobre el trastorno. Busca información, conocer mejor las dificultades de tu hijo/a ayudará a hacernos comprender que no son niños maleducados, desobedientes o vagos.
  • Educa en positivo. Aumentar el uso de técnicas como el refuerzo positivo frente a otras como los castigos no sólo resulta más efectivo, sino que mejorará la relacion con tu hijo/a.
  • Estructura el ambiente. Hábitos, rutinas, organización, planificación, horarios, órdenes, normas… ayudarán a la niña o niño a ordenar su propia conducta.
  • Externalización de la información. carteles, fotos, dibujos, relojes, contadores, señales acústicas… ayudarán a recordar mejor las normas.
  • Internalización de los procesos: algunas técnicas como las autoinstrucciones, ayudarán a guiar la conducta de los niños y niñas.
  • Mantén una relación estrecha con el colegio. El colegio es el lugar donde los niños pasan la mayor parte del día y, para niños con TDAH, el lugar donde es más probable que aparezcan dificultades. Que los profesores conozcan las peculiaridades de los niños y niñas y que los apoyos que reciben en el cole continúen desde casa es fundamental para los pacientes con TDAH.

Si tienes dudas sobre si tu hija o hijo podría tener TDAH o si recientemente has recibido el diagnóstico y necesitas orientación, no dudes en escribirnos.

Catch a Roo

Existen juegos de mesa muy divertidos que son una excelente forma de estimular el desarrollo de los niños y niñas. Catch a Roo es de esos pequeños juegos no muy conocidos, pero esta caja además de ofrecernos unos canguros de colores muy monos, que enamoran a los más pequeños, nos da una gran versatilidad para utilizar sus materiales. 

Marca

Este pequeño juego es originalmente de la marcha BrainBox, pero distribuido en españa por la marca de juguetes EurekaKids, la cual además de contar con tiendas físicas también tiene tienda online. Tiene una gran variedad de juguetes educativos, entre ellos muchos juegos de mesa realmente originales. 

Materiales que incluye el juego

En la caja encontraremos 11 canguros de colores, y junto a ellos cartas en las que aparecerán estos canguros. Demás, incluye las instrucciones que nos mostrarán cómo utilizar estos materiales para jugar a un juego de estrategia. 

¿Cómo se juega?

Para este material os voy a proponer tres maneras de jugar, sólo una de ellas concuerda con las instrucciones originales. 

1.- El primero sería el juego original. En él repartiremos 5 cartas a cada uno de los jugadores. El resto de las cartas se apilan en un mazo boca abajo. Este, junto a los canguros de colores se sitúan en el centro. Durante su turno, el jugador puede sacar una carta y coger el canguro del mismo color de la mesa. También puede usar una carta para robar el canguro de otro jugador, pero en esta ocasión, el jugador al que se le roba puede defender su canguro echando una carta del mismo color que el canguro que quiere ser robado. Si ninguna de nuestras cartas nos sirve para coger del medio o robar un canguro, igualmente debemos de echar una carta en nuestro turno. Tras cada turno, se roba una nueva carta del mazo. El juego se acaba cuando ya no quedan más cartas que echar. El ganador es el jugador con más canguros. 

2.- En el segundo juego, se reparten todas las cartas de manera equitativa entre los jugadores, los cuales hacen un mazo con las cartas boca abajo. Todos al mismo tiempo deben darle la vuelta a una carta, si el color de las cartas de dos jugadores coinciden, el jugador que sea más rápido en coger el canguro de ese color, se lo queda. Se pueden robar canguros, así que debemos estar muy atentos. Cuando ya no quedan más cartas, gana el jugador con más canguros en su poder. 

3.- Esta es la versión más sencilla de todas, en ella iremos sacando cartas y el niño debe coger el canguro correspondiente, lo más rápidamente posible. También podemos situar las cartas de los distintos colores en el suelo y pedirle al niño o niña que coloree cada canguro encima de la carta que le corresponde. 

¿Qué procesos cognitivos podemos trabajar con este juego?

1.- Con la versión original trabajamos principalmente la habilidad de jugar por turnos, y la estrategia, la cual depende en gran medida de la función ejecutiva de planificación

2.- Con la segunda versión trabajamos la atención sostenida, ya que probablemente se tarde varias rondas en lograr que dos cartas coincidan. También trabajamos la velocidad de procesamiento, ya que el más rápido es el que se queda con el canguro. Y finalmente, la inhibición, ya que no debemos coger un canguro hasta que no salgan dos cartas iguales. 

3.- En esta versión trabajamos el concepto básico de “iguales”, el cual se basa en la capacidad de categorizar objetos, en este caso siguiendo la norma de “color”. 

¿Por qué nos gusta?

Este juego tiene un mecánica sencilla, y saca nuestro yo más competitivo. Además, tiene un material que por sus características nos permite utilizarlo de muchas maneras diferentes. Este tipo de juegos son geniales ya que pueden usarse gracias a estas adaptaciones con una gran variedad de edades. 

A continuación os dejamos las imágenes del Catch a Roo, que también podéis encontrar en nuestro instagram. 

Si es os ocurren más ideas de como utilizar el Catch a Roo, no dudes en compartirlas con nosotras y así las podemos añadir al blog para que todo el mundo pueda verlo. 

Aquí podéis encontrar más información sobre este juego y dónde encontrarlo.

#QueLaNeuroPlasticidadTeAcompañe

¿Qué es el trastorno del espectro autista (TEA)?

Es un trastorno del desarrollo neurológico caracterizado por presentar conductas repetitivas e intereses restringidos y dificultades en la comunicación y la interacción social.

La palabra espectro hace referencia a la diversidad de indicadores que presenta, cada persona es un mundo. Por este motivo, la intervención debe ser totalmente individualizada y centrada en las destrezas, intereses y características individuales de cada niño/a. Respetando su singularidad y su identidad.

En los últimos años, gracias a un mejor entendimiento del trastorno, se ha producido un aumento notable en su prevalencia. Aproximadamente, un caso cada cien nacimientos (Confederación Autismo España, 2019).

Una vez conocida la parte teórica, ¿cómo aborda la neuropsicología el TEA? Pues bien, en primer lugar, los objetivos generales de la intervención neuropsicológica serían evaluar y desarrollar las capacidad y habilidades del niño/a, promover su funcionalidad y autonomía, para mejorar su calidad de vida y la de sus familiares y por último, intervenir sobre las dificultades cognitivas, emocionales y conductuales. ¿Qué debemos considerar, además de estos objetivos generales, con estos niños/as? Pues es muy importante que incluyamos objetivos dirigidos a la generalización de los aprendizajes, es decir, que puedan utilizarlos de manera autónoma en contextos naturales y su vida cotidiana, por otro lado, es importante respetar sus propios intereses y facilitar el aprendizaje en base a ellos, porque son sus motivaciones. Y por último, debemos tener en cuenta que las capacidades requieren unas habilidades previas que, a veces, no están desarrolladas, por lo que debemos fomentarlas para facilitar su aprendizaje.

El lenguaje es nuestra forma de comunicación por excelencia. Los niños/as con TEA suelen tener dificultades para la comunicación verbal. Nuestra ayuda, en este sentido, debe ir dirigida a fomentar en ellos el aprendizaje del lenguaje/comunicación. Es importante aprender a adaptarnos a su forma de comunicarse y educar a las personas de su entorno para que tengan paciencia y traten de utilizar formas de comunicación que para ellos/as sean más fáciles de entender ¿y cómo podemos hacer esto? Utilizando formas de comunicación constructivas y empleando ayudas visuales que acompañen al lenguaje verbal.

Otro aspecto en el que los niños/as con TEA suelen tener dificultades es en su vida social. Pero podemos ayudarles a relacionarse. Acompañándoles en sus juegos, a su ritmo, dándoles el tiempo que necesiten para compartir sus intereses con nosotros/as, reforzando sus conductas sociales adaptativas, como dirigirse a alguien para interactuar o atender cuando nos dirigimos a ellos/as, fomentando sus relaciones sociales, enseñándoles a jugar con otros niños y niñas, evitando la sobreprotección (la autonomía es un aspecto fundamental en la búsqueda de la calidad de vida de una persona) y facilitando su participación en actividades como deporte adaptado, salidas de ocio, campamentos, excursiones, etc.

Por otro lado, es frecuente que los niños y niñas con TEA tengan un “procesamiento sensorial atípico”. Sus sensaciones ante estímulos más o menos cotidianos pueden ser diferentes a las nuestras (hipersensibilidad a sonidos, dificultad para aceptar el contacto físico, poca tolerancia ante determinadas texturas, olores o sabores, etc.). Conocer esto, nos permitirá adaptar en la medida de lo posible, el entorno de las actividades, a fin de evitar el malestar.

Existen una serie de habilidades específicas para el cuidado de niños/as con TEA como son las técnicas de modificación de conducta (a las que dedicaremos un post próximamente), utilización de pictogramas, rutinas, horarios y agendas visuales, y Sistemas Alternativos y Aumentativos de Comunicación (SAAC).

¿Cómo podemos ayudar desde casa?

  • Jugando con ellos, a su manera, tratando de entenderles y utilizar eso como punto de partida del aprendizaje.
  • Dejando que se expresen y sientan. Asegurándonos de que comprenden.
  • Respetando su identidad y sus emociones.
  • Fomentando la comunicación, utilizando apoyos visuales.
  • Poniéndonos a su altura, para facilitar que nos presten atención.
  • Estableciendo rutinas, haciéndolos partícipes en las decisiones.
  • Avisando de los cambios y eventos con antelación.
  • Tratando de que su alimentación sea variada.
  • No forzando si no es estrictamente necesario.
  • Acompañándolos en sus juegos, a su ritmo, y tratando de mantener una actitud positiva.

Para saber más:

  • Almeida, Nora & Aguaded, Maria. (2016). El enfoque neuropsicológico del autismo: Retos para comprender, diagnosticar y rehabilitar desde la Atención Temprana. Revista chilena de Neuropsicología. 11. 10.5839/rcnp.2016.11.02.06.
  • Alonso Peña, J.R. (2009). Autismo y Síndrome de Asperger: guía para familiares, amigos y profesionales. Colección Psicología. Ed. Amarú.
  • Guía para padres sobre el Trastorno del Espectro Autista. Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH).
  • Seijas Gómez, Raquel. (2015). Atención, memoria y funciones ejecutivas en los trastornos del espectro autista: ¿cuánto hemos avanzado desde Leo Kanner?. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 35(127), 573-586. https://dx.doi.org/10.4321/S0211-57352015000300009.

El director del dibujo

Para este juego, primero vas a necesitar recortar todas las tarjetas que tienes ahí abajo. Después, vas a necesitar dos jugadores, por lo menos. Uno será el dibujante, y el otro será el director del dibujo. Pero pueden participar más jugadores, mientras se mantengan bien los turnos.

Preparación del juego:

Colocar todas las tarjetas en un mazo, que estas estén mirando boca abajo. Tener un papel, un lápiz y una goma. Si tienes una pizarra normal o blanca, mejor, así no derrochamos papel.

¿Cómo se juega?

Opción 1:

El que gane a un piedra, papel o tijeras, es el primer director del dibujo. Como director debe coger una tarjeta del mazo, sin que el dibujante la vea. El dibujante coge sus utensilios de artista y se prepara para seguir las órdenes del director.

El director debe irle dando al artista las indicaciones necesarias para que este haga un dibujo lo más parecido posible al que aparece en la tarjeta que tiene el director. Cuando el director crea que el dibujo está bien hecho, dice “¡YA!”. Cuando el juego se nos dé mejor, podemos poner un temporizador de 3 minutos, y será el temporizador el que avise de que ya no se puede dibujar más. Lo podemos ir haciendo cada vez más difícil poniendo cada vez menos tiempo en el temporizador.

Entonces el artista puede ver la tarjeta. Es él quien decide si el director ha hecho un buen trabajo describiendo o no. Si ha hecho un buen trabajo cómo director, se lleva la tarjeta, la cual cuenta como 1 punto. Tras esto, los jugadores cambian de papel. El jugador con más puntos gana la partida.

Normas: los monigotes tienen distintas expresiones faciales, para hacerlo más complicado no vale decir: está contento, sino que habría que decir, tiene la boca en una curva hacia arriba o una u hacia arriba.

Opción 2:

El que gane a un piedra, papel o tijeras, es el primer director del dibujo. Como director debe coger una tarjeta del mazo, sin que el dibujante la vea. El dibujante coge sus utensilios de artista y se prepara para seguir las órdenes del director.

El dibujante debe de irle preguntando al director preguntas para averiguar cómo es el dibujo que debe hacer. Pero el director sólo puede responder “si” o “no”, por lo que el artista debe pensar muy bien lo que va a preguntar. Se puede establecer un límite de preguntas, en un inicio podemos poner 15, pero las podemos ir rediciendo hasta 5 y hacerlo muchísimo más difícil. Otra opción es utilizar un temporizador, dándole al artista un tiempo límite para hacer las preguntas y terminar el dibujo. Lo podemos ir haciendo cada vez más
difícil poniendo cada vez menos tiempo en el temporizador.

Cuando el número de preguntas o el tiempo se hayan acabado, entonces el artista puede ver la tarjeta. Es el director el que debe juzgar si el artista ha hecho un buen trabajo. Si ha hecho un buen trabajo cómo artista, se lleva la tarjeta, la cual cuenta como 1 punto. Tras esto, los jugadores cambian de papel. El jugador con más puntos gana la partida.

En esta versión, se puede jugar con la norma de no decir qué expresión facial es, contento, triste, enfadado, pero sólo cuando se haya jugado muchas veces. Ya que entonces el artista debe hace más preguntas.

Opción 3:

Consiste en jugar a cualquiera de las dos versiones anteriores, pero cada parte correcta del dibujo suma 1 punto. Es decir, ojos, boca, cuerpo, manos, pies, pelo, complementos, orejas. Debido a que hay dibujos con mucho más detalle que otros, se puede ganar un máximo de 5 puntos por dibujo. De esta manera, todas las tarjetas tienen más o menos la misma dificultad.

Cosas en las que te tienes que fijar para dar direcciones, o cosas importantes que debes preguntar para poder dibujarlas.

  • Tamaño del cuerpo, es normal, largo o corto
  • Brazos, son dos palitos hacia abajo, dos palitos perpendiculares al cuerpo, dos curvas hacia arriba….
  • Pies, tiene pies?, cómo son?
  • Manos, tiene manos?, cómo son?
  • Ojos, son dos puntitos, dos rayitas, dos U hacia abajo…
  • Boca, una u hacia arriba, una u hacia abajo, una línea recta…
  • Pelo, largo, pincho, dos pelos, tres pelos ….
  • Orejas, tiene?, cómo son?
  • Complementos, corona, sombrero, …

La flexibilidad, tu súper poder

Para este juego, primero vas a necesitar recortar todas las tarjetas que tienes ahí abajo.
Después, vas a necesitar dos jugadores, por los menos. Uno será el encargado de ir sacando cartas, y el otro será quien deba decir el color del superhéroe o si lleva capa o no. Pueden participar más jugadores, mientras se mantengan bien los turnos.

Preparación del juego:

Colocar todas las tarjetas en un mazo mirando boca abajo.
Cronómetro para contar 1 minuto.

¿Cómo se juega?

El último que haya visto una peli de superhéroes empieza jugando. Su compañero irá sacando tarjetas del mazo, durante 1 minuto. El jugador deberá ir diciendo el color del superhéroe que aparece en la tarjeta, pero cuando la tarjeta tenga un borde negro deberá decir si el superhéroe lleva capa o no. Siempre lo más rápido que pueda! Cuando acabe el tiempo, contará el número de tarjetas que ha conseguido (ha dicho lo que tenía que decir a la primera) y pasará el turno al jugador que antes estaba sacando las tarjetas.

¿Qué estamos trabajando con este juego?

Por un lado, nuestra capacidad de cambiar de una regla (decir el color) a otra (decir si lleva capa o no), lo que se conoce como flexibilidad cognitiva, además debemos controlar las ganas de decir el color cuando toca decir la capa y viceversa (control inhibitorio), por otro lado debemos mantener la regla de que cuando el filo de la tarjeta sea más grueso toca decir si lleva capa o no (memoria de trabajo) y por supuesto debemos estar muy concentrados.

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