¿Desarrollamos alguna habilidad cognitiva mientras jugamos a videojuegos por diversión?
Tanto niños y adolescentes como adultos juegan a videojuegos en su día a día. Es algo muy extendido en la actualidad, pero todo padre y madre se ha preguntado en más de una ocasión el “¿pero tanto jueguecito servirá para algo?” Los titulares sensacionalistas de los medios de comunicación no ayudan, ya que leemos afirmaciones tales como “los videojuegos te secan el cerebro” o “los videojuegos te hacen mucho más inteligente”.
En primer lugar, debe entenderse que no existe un constructo de “videojuegos”, ya que existen cientos de miles de videojuegos, cada uno de ellos con una dinámica de juego diferente, que requerirá del jugador unas habilidades tanto a nivel motor como cognitivo diferentes.
Podemos hallar una extensa bibliografía científica acerca de los efectos que tienen los videojuegos a nivel cerebral. Si dejamos de lado las grandes deficiencias a nivel metodológico de muchos de estos estudios, podemos encontrar datos interesantes. Hay que tener en cuenta que la mayoría de estos estudios habla de jugar a videojuegos fuera del contexto de entrenamiento cognitivo, simplemente por diversión.
En la literatura existente, encontramos que los videojuegos de acción, los más estudiados y sobre los que hay más información, como el Call of Duty o Portal 2, pueden desarrollar en los jugadores una serie de habilidades.
Beneficios de jugar a videojuegos
– Atención selectiva: en los juegos de este tipo hay muchos estímulos que aparecen al mismo tiempo, y debemos ser capaces de atender únicamente a los estímulos importantes, ya que si no nos disparará una persona que habíamos confundido con un árbol.
– Habilidades viso-perceptivas: esta es la habilidad en la que la mayoría de los estudios coinciden como una de las que más se trabajan a través de los videojuegos. Muy relacionado con la atención selectiva, se mejora la capacidad de diferenciar un objeto en un fondo confuso.
– Habilidades viso-espaciales: en muchos de estos juegos tendremos que tener en cuenta un mapa, que o no está en todo momento presente o que sus dimensiones son pequeñas. El jugador ha de ser capaz de situar su personaje en ese espacio y ser capaz de moverse por él sin perderse, no vaya a ser que acabes en territorio enemigo sin darte cuenta.
– Velocidad en la toma de decisiones: no confundamos este término con impulsividad, se trata de la habilidad de sopesar la información de forma global de una manera eficiente, es decir, rápida y en general acertada. Los jugadores suelen tardar segundos en tomar la decisión de esconderse detrás de una pared y preparar el arma nada más escuchar un disparo, además, estarán pensando en el plan a llevar a cabo a partir de ese momento.
– Flexibilidad: es decir, la habilidad de cambiar rápidamente de un objetivo a otro, los videojuegos en este aspecto son muy exigentes, y has de atacar y defender, buscar más munición y estar atento a tu alrededor. Esto lo hacemos cambiando de una tarea a otra muy rápidamente.
– Perseverancia: en el lado positivo de esta habilidad, se ha visto que los jugadores, aunque fallen siguen intentando superar el nivel, superándose a sí mismos para lograr un objetivo. Esto se debe en gran medida al alto nivel de motivación que producen los videojuegos.
Algunos de los aspectos que desde los estudios son vistos como positivos, son los responsables a su vez de los “peligros” de los videojuegos. Estos peligros dependen en gran medida de las características de la persona y del propio juego. Aunque los estudios sobre estos peligros no nos dan información para hacernos pensar que los videojuegos pueden ser peligrosos por sí mismos, es importante regular el uso de estos, para que los niños y adolescentes tengan menos posibilidades de mostrar conductas adictivas hacia los videojuegos.
Este post va dirigido principalmente a los videojuegos en nuestro día a día y como forma de entretenernos, pero ¿os gustaría conocer las posibilidades de los videojuegos en el contexto de la terapia neuropsicológica?
Que la NeuroPlasticidad os acompañe
Bibliografía:
Bavelier, D., Green, C. S., Han, D. H., Renshaw, P. F., Merzenich, M. M., & Gentile, D. A. (2011). Brains on video games. Nature reviews neuroscience, 12(12), 763-768. (En este artículo científico podréis encontrar las opiniones de diferentes profesionales acerca de los beneficios, posibilidades y peligros de los videojuegos)